Y llegó la Discovery Underground! 100 participantes, 10 km, pero yo hubiera corrido 32 más, para disfrutar unos segundos de una buena charla con los 99 compañeros.
Avanzaba cada paso consciente de que era de esos momentos que hay que saborear, porque probablemente no los viviré más que una vez en esta vida... Así que, como me enseñasteis en África, Pole Pole, poco a poco, que las curvas del túnel embelesan con su contoneo, y además de dejarte el corazón entre malherido y hechizado, podría magullarte un tobillo para regalarte una huella más difícil de olvidar.
Pero de quién no me olvidé, fue de vosotros. Mis queridos niños, meus queridos meninos, my dear kids, mis totos, llevé vuestras sonrisas conmigo, como cada vez que corro, como cada vez que camino. Poco sabéis vosotros de Juegos Olímpicos. No imagináis que ayer apoyasteis a la Candidatura Olímpica de Madrid 2020. Pero quién sabe. Tal vez alguno de vosotros correréis por el estadio de La Peineta demostrándonos a todos, lo que hace tres años ya me enseñasteis a mí.
Sí, los atletas de un orfanato, con caras sucias y pies descalzos podéis ser los más rápidos, podéis llegar más alto, podéis ser más fuertes.
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